martes, 20 de octubre de 2015

Piedras semipreciosas

Piedras semipreciosas

Las piedras semipreciosas tienen un valor muy dispar entre ellas y es mucho más fácil conseguir piedras semipreciosas de gran tamaño y pureza (limpias) que piedras preciosas de tales características.
La oscilación de su valor o coste dependerá de la mismas condiciones que influye en el de las piedras preciosas: dureza, rareza y belleza y perfección (pureza, color, brillo y transparencia). Existen aproximadamente unas 130 especies minerales catalogadas como semipreciosas, además del ámbar, que es una resina vegetal fosilizada.
Veamos a continuación las más importantes y las usadas en joyería.



ÁGATA

Variedad de la calcedonia. Puede tener varios tonos y colores -dependiendo de la formación de sus microcristales de sílice (cuarzo)- y ser transparente, semitransparente u opaca.
La formación de las ágatas es debida a la circulación de aguas subterráneas que se encuentran en situación de proximidad a las saturaciones de silicio, al llenado de las cavidades o huecos interiores de las rocas y la disolución de los materiales que allí se encuentran: conchas, huesos, etc. A este proceso se deben las características bandas concéntricas de las ágatas, que nos recuerdan a los nudos de los troncos de los árboles.
El término ágata proviene del griego “Achates”, que es la designación del río con el mismo nombre.

Su dureza en la escala de Mohs es de 7.

CONCEPTO 2 

EL ÁGATA
Variedad de cuarzo micro cristalino, caracterizado por su elegancia, y de la luminosidad de colores. El ágata debe su nombre al antiguo nombre del rio siciliano Dirillo. Achates, sobre el cual se encuentran en abundancia.
A bautizarla así fue Teofrasto filósofo y naturalista griego, que por primera vez descubrió y analizó tras el IV y del siglo III º siglo a.C propio a lo largo del río Achates.
Numerosas monedas, joyas y utensilio en ágata han sido encontrados en sitios arqueológicos a Conosso y en toda Creta, testimonio de la difusión y la importancia de esta piedra en la civilización Minoica y durante toda la edad de bronce.

De buena dureza y con características de lisas rallas concentradas en una vasta gama de colores y formas el ágata se forma rompiendo la cavidad de rocas, y por este motivo no existen dos piezas iguales.
Fue su particular dureza unida a la capacidad de resistir a los ácidos y a los espléndidos colores que ofrecía una vez limpia, que el ágata se usaba desde la antigüedad para realizar joyas y decoración pero también morteros y manos de morteros, para usar en la farmacia, o a veces en la cocina, o cepillos para la limpieza de la piel. Su extracción se fecha en el 1497 cuando se encontraba en Germania, en el valle del río Nahe en XIX siglo pero el documento conocido, se extinguió, los cortadores destinaron su atención a los depósitos del ágata brasileña, que dieron después impulso a la exploración del descubrimiento de otros numerosos yacimientos. Tras cuales la amatista, tormalina y topacio, de las cuales a menudo, toma la tonalidad y el color.

Antiguamente se decía que se extinguía la sed y protegía de la fiebre mientras los magos persianos, la utilizaban para alejar los temporales. Vistos como manifestaciones del mal. Una famosa recogida de 4000 copas en Ágata, fueron acumuladas por Mitridates rey del Ponto, pero la colección de copas en Ágata fueron muy populares también en el Renacimiento, en todas la cortes europeas.

Hoy, gracias al descubrimiento de numerosos yacimientos en todo el mundo, existen varias tipologías de ágata, cada una de la cual tiene características propias, en base al lugar de extracción y la piedra madre. Existe el ágata que se forma en el interior de un ágata musgosa, y toma los filamentos verdes, dorados y negros dando la impresión de crear una creación vegetal de musgo.

El ágata Arcobaleno, se forma en los yacimientos de Diaspro y toma las diferentes sombras que una vez refleja, queda un amplio aspecto de tonalidades. El ágata de fuego parece tener una luz interna reflectante, como sucede en el ópalo.

Una de las ágatas más inusuales por el color marrón rojizo, es por la particularidad que recuerda un único ojo y es llamada “ojo del cíclope” y ha sido encontrada en Méjico. El ágata encontrada sobre las playas de Oregón, es por lo contrario, utilizada para crear la decoración de los seis paneles que decoran la ventana en el Santuario de la iglesia local presbiteriana.

El ágata más particular a la que se atribuyen las cualidades más típicas, es el ágata azul, piedra femenina, protectora de los embarazos , que infunde coraje y relajación, permitiendo la audacia, el optimismo, pero también favoreciendo la meditación.

Usada desde tiempos remotos como porta fortuna contra el mal ojo, todavía hoy a todas las ágatas, se asocian propiedades protectoras para la persona, pero también para los ambientes.


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